lunes, 29 de febrero de 2016


Compra para personas que viven solas
Ámbar Mena / Especial para El Norte
Santiago

El crecimiento poblacional, las oportunidades en el mercado laboral, las facilidades de transporte de una provincia a otra y el deseo de superación son factores que han motiva a la juventud a emprender su mundo fuera del hogar.

Cada día son más las personas jóvenes que deciden independizarse y tener su rinconcito especial para poder manejar su estilo de vida, tanto en su tiempo de ocio como en su rutina diaria. Esta variedad genera gastos muy distintos a los de una familia. Provocando inversiones innecesarias para quienes viven solos.

En la práctica
Hay una tendencia de pensamiento de que, si se vive solo, el consumo es menor. Sin embargo, personas que han optado por esa forma de vida opinan lo contrario. En los casos de Mary Esthefani García y Danixa Beltré, ambas empleadas privadas, confiesan que su canasta básica suma desde 8,000 hasta 12,000 pesos mensuales, un costo elevado para el ingreso generado.

Mary Esthefani lleva dos años y medio viviendo sola, y explica que la vida independiente es costosa y a veces resulta mejor comprar los alimentos cocidos que hacerlos en el hogar. Lizbeth Hernández Reyes está en la misma situación, tiene un año y ocho meses establecida sin su familia, y considera que el cambio en los precios es muy  inestable.

Francier Almánzar es estudiante de Comunicación Social, para realizar su meta asumió el reto de asumir la responsabilidad económica por sí mismo. Entiende que, actualmente, los  precios están  muy altos, comparado con el sueldo base de un empleado común.

Ideas para las empresas
Con este cambio social que se ha presentado en los últimos años, las empresas deben comenzar a pensar en esa población joven y emprendedora al momento de mercadear un producto. Cambiar costos y tamaños de los envases podría ser una herramienta significativa.

Entre los  productos  que necesitan mejoría en tamaño, costo, peso, y calidad para quienes viven solos figuran: los vegetales, el pan, enlatados, azúcar y productos de limpieza.

Contrario a algunos artículos, que están mejor empacados, como los productos de belleza y de higiene.

Piden venta al detalle
Jóvenes que viven solos opinan sobre las medidas que deberían tomar los comercios en favor de esta minoría.

Mary Estefhani García aconseja que  la mercancía se comercialice en menores cantidades y con precios más asequibles. Mientras que Danixa Beltré sugiere la creación de un mecanismo que facilite el empaque de los productos de manera unitaria, para evitar comprar en exceso, provocando que se dañen sin haberlos utilizado y luego tener que comprarlos nuevamente, en cantidad innecesaria.

Francier Almánzar aconseja a las entidades comerciales tomar en cuenta a las personas que necesitan menos cantidad de productos por cuestión de espacio y recursos; para ofrecer facilidad de productos y calidad en menos cantidad.

Miguel Cabreja, estudiante y empleado privado, recomienda que simplifiquen la manera de cómo adquirir el producto, la forma de abrirlo y que tengan más cuidado con los alimentos frágiles. “Sería ideal si todos los supermercados tuvieran los mismos productos, de esa manera facilitaría hacer las compras y fuera más fluido el proceso”, asegura.

Para los consumidores
Lizbeth Hernández Reyes propone que las verduras  se vendan de forma individual, sin necesidad de ser pesadas, y que estén más higienizadas. También que los productos sean fácil de desempacar.

Hacer una lista objetiva de lo que se necesita. Comprar los productos referentes a las  necesidades,  que sean el más cercano al tamaño deseado.

Si no encuentran el producto del tamaño deseado, procuren acudir a otro lugar. Si no hay tiempo, y por obligación se llevan el producto con otro tamaño, verifique la fecha de vencimiento.

Acudir a los micromercados públicos e informales, que siempre venden al detalle, o ir a un supermercado regular que oferten especiales “en vegetales” y “carnes” cercano.

Hacer la compra entre dos. Así se dividen los gastos y el producto.

Llevar almuerzo al trabajo o universidad. Esto permitirá consumir todos los productos.

Comprar los artículos en base a sus necesidades para no malgastar dinero. Miguel Cabreja aconseja más unión entre los consumidores jóvenes.


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